Es muy normal salir a la calle: oir insultos y ver atropellos. Hay mucha gente con frustración, irá y odio.
Estas personas sufren de un hechizo que contamina su “persona” que mata todo germen de razón y que los ciega de su propia enfermedad, el que está en la botella no ve la etiqueta, por lo tanto no recapacita.
Para acabar con esto hay que ser rebeldes Y rebelarse contra lo normal:
-Patea a quien te hace una maldad, no vengándote.
-Escupele en la cara al conductor imprudente dejándolo pasar.
-Asfixia al quillao con buena voluntad.
-Dale un “tapa boca” a quien te insulta respondiendo con educación.
Responder a lo malo con buen comportamiento es disruptivo. Es una conducta “no esperada” que por venir desde una vibración tan diferente Saca a la persona de su carril haciéndole consiente..
El fuego no se combate con fuego se combate con agua.
Se un rebelde transforma la sociedad