He realizado muchas aventuras en mi vida y gran cantidad de ellas conllevan tramos de descensos resbaladizos con acantilados peligrosos. Me he fijado mucho como son otras las personas que tienden a ir de últimos y no obstante a eso ser ellos mismos los que más sufren gracias a caídas y rasguños.
No se deje confundir por mi expertise en las aventuras, soy de los que más me caigo. Pero ¿por qué no me lastimo y ellos si? Creo que esto se debe a mi mentalidad. No me importa caerme, no me importa fracasar al contrario cuando veo que me caeré por afincar mal (cosa que pasa mucho porque tiendo a usar malos calzados) envés de tensionarme y buscar la manera de no caerme, me dejo caer sin fuerza. Esto reduce mucho el impacto.
Hay que ser estoicos. Si es inevitable una situación hay que actuar con naturalidad y aceptarlo. El que teme el golpe descuida sus pisadas y cae más fácilmente pues su mente no está en el presente, en cada uno de sus pasos, sino en la preocupación.