Aquel que no se arriesga a experimentar nuevas sensaciones, experiencias y vivencias esta condenado a repetirse. El equivalente a ver la misma película innumerables veces. Puede sorprenderte o emocionarte un giro de tuerca o un final conocido. Dudo que la efectividad sea la misma. Repetirse es un desperdicio total. una ignorancia auto complaciente que nos impide ver el espectro de opciones de las que podríamos disfrutar.
Podrás pensar que ¿para que cambiar lo que más me gusta?
Quizás lo favorito dejaría de serlo si conocíeras todas las opciones. Quizá tu pasión aún está escondida en un “lo intento otro día”. Es esta esperanza de algo mejor: o que nos cómo saber si eso es lo que más te gusta. Te puede estar aguardando el momento de tu vida. Arriesgarse ante la esperanza es una sensación que por si misma vale la pena.
El salir de tu zona de confort y tirar el dado para ver si la suerte te sonríe es tenebroso pero no hay progreso sin riesgo es necesario arriesgarse a las malas experiencias para crecer. En esta situación eres como el ave que no deja su nido. Esperando complaciente lo conocido. Hasta en el peor de los casos cuando lo nuevo resulta ser malo! Es algo bueno pues conocer lo malo te enseña sobre aquello y té permite apreciar mejor lo bueno.