El emprender está repleto de desafíos. No por nada es esta la profesión mejor pagada! Se necesita de mucho para triunfar! Cada proyecto, cada negocio suele tener sus problemas , su competencia y sus diferentes complejidades. Pero estás complejidades operacionales son solo la punta del iceberg pues gran parte de los desafíos del emprendedor no viene del exterior si no del plano interior. Son sus propios demonios los que entorpecen su camino al éxito.
Mencionaré a algunos de estos verdugos de sueños y procederé a dar una solución. Advierto que existen más y que mis soluciones no son más que acercamientos.
El demonio del egocentrismo y sus matices: Se puede ver este demonio al momento de pensar que se es superior y que no es necesario ningún tipo de consejo o ayuda pues todo te lo sabes, es como si sintieses que eres el próximo mark zuckerberg y puedes ir contra corriente sin problemas, cosa que el 99.9% de las veces no es!. Los hilos de este titiritero hace subestimar lo que se requiere para ser exitoso, llegando a pensar que es un camino rápido y seguro.
Confieso que fui poseído por este demonio y se de primera mano lo Mucho que influye! En algún momento pense posible que con 18 años sin ningún recurso ni ahorro podria dominar un mercado gigante de mi país: “el lavado de carro”, inocentemente pensé que solo gracias a mi capacidad cerebral tarde o temprano todo caería en su lugar, en beneficio mío claro. Lamentablemente nunca sucedió y mi creatividad no llegó tan lejos, lo que mi mente se imaginó que pasaría al iniciar el lavadero no fue más que delirios de grandeza consecuencia de mi ego que sobreestimo “mi gran intelecto, preparación y creatividad.” Es una pastilla difícil de tragar para algunos y más para mi que después de al menos 1000 libros leídos me di cuenta que no soy el que más se.
Solución: El proceso de adquirir humildad es muy difícil y podría decir que la mejor solución es el fracaso. Pero tal vez con esto puedas: Juégate unas manos de ajedrez online. Veras que no estás ni en la media de inteligencia y perderás bastante (no no te están haciendo trampa, simplemente hay personas mejores que tu) O también puedes hacer unos test de inteligencia para que te bajen a la tierra.
El demonio de la inseguridad: este demonio hace que nosotros no nos lancemos! Ciertamente el emprender es un acto de fe que conlleva mucho riesgo y cada emprendedor en mayor o menor medida en cierto modo ya está dando ese acto de fe al comenzar y decretar su intención por lo que se pensaría que este demonio no se ve en emprendedores pero nada más lejos de la verdad. Este fenómeno no se ve como una fobia a lanzar la empresa o un producto sino que se ve en distintas situaciones más leves. Por ejemplo en el momento de invertir tu dinero en determinado lanzamiento no invertimos con seguridad sino que lo hacemos a medias. Al momento de dejar el trabajo seguro y pasar a dedicarnos a nuestro negocio a tiempo completo en situaciones que ya esta dejando ganancias pero que necesita más de nosotros no lo hacemos por miedo.
Solución: Date cuenta que no todo es tan tragico como tu mente lo pinta. De
El demonio indisciplinado: este es sin duda especial pues es el que prima en la mayoría de los emprendedores por la razón de que solo domina a aquellos que no se toman la labor del emprendedor como profesión. No es secreto que esta ocupación goza de una tendencia entre jóvenes y al ser moda atrae personas que no van en serio. Son estos los que se toman menos en serio la organización y disciplina. Yo como todo nuevo emprendedor sufrí de este en específico pues resultaba que iniciaba un proyecto en días pero me tomaba solo semanas dejarlo!
Solucion: grita a todos que harás un determinado proyecto y haz que te den seguimiento no te será tan fácil pasar a otra idea.
El demonio de las excusas. Cómo si nombre bien lo dice con este demonio en particular los aprendisajes de tus fracasos se esconden. En situaciones especiales que solo te pasan a ti. Para mi este es uno de los peores demonios pues te rebaja a un insecto. Una persona que nunca hace nada mal y que siempre se refugia en una excusa. Llegando a los limites de mentirse a uno mismo a fin de no aceptar la realidad de que simplemente no lo hiciste bien y aprender de ello. Esto trae como consecuencia que nunca mejores, siempre te hagas la victima y seas alguien difícil de tratar. Al final cuando el tiempo te haga viejo te dirás: “oh el emprender es cuestión de dinero o suerte” Rindiéndote así ante la ultima de las excusas para poder así seguir tranquilo la carrera de la rata.
Solución: Empoderate de tu vida y hazte responsable de todo lo que te suceda pues duela a quien le duela es la realidad.
Creo que para emprender es necesario primero crecer interiormente! Se necesita un equilibrio interior para realizar una labor excelente en el exterior.