Un día mi hijo estrella decide dejar su carrera de béisbol a los 16 años. Al otro día mi hermana quien esta a un semestre de graduarse decide dejar su sueño de ser abogada y convertirse en influencer profesional. Al oír esto me resulta difícil o incluso doloroso permitir que tomen una decisión como esta pero eso es lo que hay que hacer. ¿Por qué?
Un ser humano tiene experiencias y deseos únicos que lo hacen querer cosas únicas, solo él sabe que quiere, y actúa en consecuencia. ¿Quienes somos nosotros para decidir por él?
Solemos idealizar a las personas cercanas, y creemos saber que es lo mejor para ellas, las vemos con los ojos del recuerdo como si su “yo” de ayer es el mismo que su “yo“ de hoy como si lo que fue, tiene que seguir siendo. Como que porque compartimos un pasado, ella nos perteneciese. Así le negamos aquello que nos hace humanos: la facultad de cambiar y es que ¿que es el ser humano? sino evolución…
Acaso nuestros antepasados no dieron sus vidas para que puedas tener ese arrebato de cambiar, acaso no es igual derecho: el derecho a la vida como el derecho a tirar la vida por la borda ¿que vale la vida sin libertad? Debemos de alegrarnos cuando se hagan este tipo de decisiones pues ella/el está un paso más cerca de ser feliz.