Al tener una amistad que siempre ha sido muy buena persona y luego cuando tu favor ante esta en una decisión falta nos permite ver usualmente una transformación de amigo a enemigo palpable.
En este supuesto si divido en mundos paralelos la situación, Tanto la que por producto de mi negativa en el “mundo 1”: que es ahora mi enemiga obrando mal hacia mi y la que en el mundo 2 ante el beneficio de mi decisión sigue siendo mi gran amigo. Son, valgase la redundancia, la misma persona. No hay un intelecto o personalidad que cambie, no hay una universidad o un trauma de por medio solo hay una decisión.
Lo que me hace preguntarme ¿cuántas personas en nuestras vidas no hay así? Cuántos serían malos de ser mejores y mas ricos? Cuántos están a una decisión de irse y cambiar?
En el mundo hay personas que tienen un comportamiento animal de castigo/recompensa y funcionan siguiendo un procedimiento lógico de pérdida-beneficio. Sus acciones están justificadas por sus Intereses por lo que Aquello que no le conviene no será realizado y lo que sí se hará con ímpetu. Comportarse bien porque es lo que conviene o no hay razones para no hacerlo, no es una decisión es una automatización humana.
Observar la amabilidad de un subordinado ante su patrono y luego observar el cambio de actitud frente a un igual es fácil en el mundo corporativo. Aquel subordinado sería el más tóxico jefe de encontrarse en esa posición pero cómo no lo está decide ser bueno por qué le conviene. Así mismo el vendedor de lujo o el vendedor inmobiliario que siempre te trata bien y te llama no sería así si no estuviera en esa posición, puede ser que si los papeles se voltean ni tu nombre se sepa.
La persona que hace daño y la que no hace daño son muchas veces la misma. Un porcentaje alto de personas se comportan de manera correcta porque simplemente no tienen de otra.
La diferencia entre el que mata o roba y el que no lo hace, radica en la valentía y seguridad que el primero tiene sobre el segundo. Las leyes no existirían si fuésemos buenos porque el castigo psicológico sería demasiado. La única función del ordenamiento jurídico es dar miedo para representar un peso mayor en el proceso mental ganancia-pérdida al momento de tomar decisiones en la cabeza del ciudadano comun.
El mundo está lleno de personas que por vagancia y desinterés se esconden detrás del desconocimiento para actuar cómo les venga en gana. Para obrar bien se necesita conocimiento, opciones y voluntad.