El helado de vainilla es rico, es el helado más común todas las heladerías lo tienen y su sabor es siempre igual.
Cuando era niño era mi helado favorito, pero mientras fui creciendo me fui alejando cada vez más de este helado hasta llegar a donde estoy que nunca lo pido y lo miro con desprecio.
El problema de la vainilla es que no tiene autenticidad. No te va a disgustar pero tampoco te va a encantar. Es bueno. Es inocencia. Es inexperiencia.
Si una fruta odio es el aguacate y recientemente cuando fui a una heladería y me encontré con ese sabor y preferí pedirlo antes que el de vainilla. Para mi sorpresa estuvo bien, aunque estoy seguro que el helado de vainilla me gusta mucho más si volviese a esa heladería escogería nuevamente el helado de aguacate. Es porque es un helado con carácter y personalidad cosa que la vainilla no tiene.
Un helado cuyo sabor es único aunque sea malo es respetable. No todos los paladares pueden con él pero al probarlo reconoces esa valentía y atrevimiento de experimentar con sabores lo que te hace reconocerlo. Ámalo o ódialo pero su sabor no es vainilla.
Y tu que helado serias?