El insulto requiere del permiso del insultado para hacer daño.
Que beneficio saca el que insulta cuando el que lo escucha no se siente insultado ni reacciona? Ninguno. Diría más bien que se hace un daño propio el insultador, ya que por lo que ha dicho su estado mental es negativo, siendo sus palabras toxicidad pura que una vez no son aceptadas por el insultado se devuelven a quien lo expulsó.
La misión del insulto es agredir, molestar, dañar, ofender. La satisfacción del insultador es inversamente proporcional a la del insultado. Si el insultado no reacciona ni se siente agredido el insultador es quien tiene más insatisfacción e ira contenida.
Es por ello que el insulto necesita más del insultado que del insultador. Para lograr su cometido el insultador necesita posicionarse en los zapatos del insultado y disparar algo personalizadamente dañino para así no quedarse él con la toxicidad del insulto.
Muchas veces el insultador al no tener conocimiento de que puede herir al insultado utilizará lo que presupone que dolerá más, delatando así que cosas le importan a él, por ejemplo si se mete con la madre del insultado podemos darnos cuenta que la madre del insultador está en una posición jerárquica alta en su vida. Si hace un chiste clasista haciendo burla de la posición económica del insultado es por que valora mucho el dinero. Por tanto repetir el insulto pero dirección insultado-insultador puede lograr el cometido del insulto de manera más certera.
El insultador en su ira maniaca puede recurrir a un chiste retrógrado como por ejemplo un chiste racista. Esto puede suceder incluso sin ser el insultador una persona racista pues es una herida que muchos negros mantienen abierta y mencionar esto es solo una forma de lograr el cometido del insulto de una manera más segura. Si a un blanco le dirían que es tonto por blanco este no se sentiría tan insultado mas fácil se reiría.
El insultado necesita creerse lo que le están diciendo, sintiéndose como consecuencia ofendido o molesto. Si esto no pasa es el insultador que sufre las consecuencias de su hechizo.