Trabajo dia y noche moviendo rocas para construir la futura tumba del faraón. Esta tumba sera gigante, la construcción más grande jamás vista, dicen que no viviremos para verla pero me reconforta imaginarla y saber que mi hijo será quien la vea.
En la construcción somos cientos de trabajadores con la misma posición separados por grupos bajo el mando de un superior grupal que con un látigo nos motivaba a trabajar duro.
Mis compañeros tienen sentimientos encontrados con el superior pues frente a él son muy amigables pero cuando se va hablan muy mal de él. A mi no me parece bien esto ya que el me cae muy bien aunque él nunca ha estado particularmente interesado en mi pues nunca me motiva pero si que lo hace a los demás. Con él algo es seguro sus proyectos en las parcelas siempre terminan a tiempo. Y cuando corre el peligro de que no termine en la fecha acordada se reune con su superior directo “cachetes rojos”( Apodo que le di pues aunque lo veo poco, tiene la cara roja). Cachetes rojos era muy bueno en su trabajo pues con tan solo llegar a la reunión todos mis compañeros ya estaban en fila trabajando y con sus palabras hacia sonrojar a mi jefe, saliendo de su oficina con más ganas de trabajar, y dándonos las mejores motivaciones para mover más rocas.
Mis compañeros me llamaban tonto y muchas veces sentía como sus miradas quemaban mi piel morena más que el sol. La verdad es que era muy rápido y les dejaba pocas rocas para mover, haciendo que el superior los lleve a descansar a otro lado de la construcción. Aunque a veces quería que el superior me sacase a mi a descansar seguía moviendo rocas pues esto es lo que tengo que hacer, mi función es esa. No quiero decir que no me canse pues es arduo pero al llegar a casa siento una satisfacción que me recompensa.
No entiendo a los demás tal ves por eso me llaman tonto, pero pienso que si estaré toda la vida moviendo rocas porqué no fijarme en ellas, cada roca es única en peso, forma y color. Mientras más mueves rocas más rocas tocas y más formas únicas ves. Si observas la forma tienes nuevos agarres lo que hace el trabajo más divertido. La verdad es que en el trabajo todos son infelices, nadie quiere estar ahí, solo yo.
Espero vivir lo suficiente para ver la finalización de la construcción y trabajar junto a mi hijo.