Ante las cada vez más comunes noticias de activismo de espectáculo donde se realizan creativas obras sociales a fin de llamar la atención sobre un tema y crear conciencia,no pude evitar pensar en el parentesco entre el terrorismo y el activismo.
Ambos buscan llamar la atención y crear sentimientos fuertes en las personas. El resultado es el mismo llamar la atención para crear consciencia sobre un tema. La diferencia central está en que sentimiento despiertan. El terrorismo solo despierta terror infundiendo la violencia mientras que el activismo no.
La historia demuestra que todo tiende a sus extremos. Antes salir a manifestarse en una importante avenida de la ciudad era un acto que llamaba por sí solo la atencion de los ciudadanos, dando la oportunidad de atraer adeptos. Hoy día manifestarse en una marcha pública no es suficiente por lo que los activistas han tenido que utilizar su creatividad y valentía para crear mejores formas de llamar la atención y crear consciencia. Con la meta de obtener la primera plana, para obtener más recursos: donaciones y seguidores.
Todos los activistas sociales luchan por la misma cosa: atencion y esta es finita por lo que es una carrera hasta el abismo. Cada vez se necesitará mejores obras de espectáculo para tener suficientes donaciones y seguidores para sobrevivir, extremándose hasta tal punto que solo lo más arriesgados proliferarán.
Existe un paralelismo interesante entre el terrorismo y el activismo. Ambos comparten características que los hacen primos. Ambos nacen de la frustración, son débiles por definición (si fueran fuertes: su voluntad se haría y no tendrían que manifestarse), son personas educadas los que terminan en sus filas, son revolucionarios y pertenecen a una comunidad uniforme.
La pared que separa este paralelismo es el miedo, la esperanza y el amor por los “Otros”.