He pasado por varías estaciones de transporte en donde no te revisan si compraste el ticket de viaje y tampoco existe obstáculo de entrada que requiera de un ticket valido para abrirse. Quede sorprendido por la facilidad de engañar al sistema y ahorrarse unos euros entrando sin pagar.
Asi mismo vi varias sillas en un parque público pertencientes a un restaurante que ya había cerrado por ese día y había apilado sus sillas de terraza en una esquina del parque sin candados o cadenas. Me lo encontré raro ya que estás sillas ligeras y estéticas eran muy fáciles de robar y de vender.
Reflexionando entendí que en buen español dominicano el europeo es palomo (palabra que significa falta de inteligencia de calle) y el dominicano es tiguere (palabra utilizada para referirse a alguien que tiene astucia). Estás situaciones en mi país fueran aprovechadas.
Me percate de que justamente esa realidad era el problema que marcaba la abismal diferencia entre nuestros países. El tigueraje es básicamente una forma de pensar donde se busca sacar beneficio propio Gracias a creativas artimañas.. este tipo de inteligencia de calle no es deseable en una sociedad porque tiende al desorden y al caos.
El tigueraje es una habilidad que aprendemos desde pequeños por la continua exposición a escenarios donde los demás adelantan con tigueraje a los demás sin castigo. La sociedad dominicana estima más al tiguere con su proactividad que al palomo pasivo. El tigueraje es tan comun que al ver un atajo estamos incentivados a cogerlo porque si no lo hacemos lo hará otro.
Por otro lado para el europeo ser palomo es un estilo de vida ni siquiera le surge el pensamiento o la idea de aprovecharse del ambiente haciendo lo moralmente malo, pienso que si comparto el pensamiento del robo de las sillas con alguno de ellos esté quedaría anodado por la ocurrencia de este pensamiento.
El tigueraje solo es bueno cuando se usa en un marco donde todos actúan sin él. Pero aún así esto no dura mucho pues cuando los demás ven que una acción (el tigueraje) está rindiendo beneficios todos lo comienzan a imitar desembocando en una sociedad donde ese comportamiento es la regla, ahora el nuevo normal requiere del recurso de la astucia y todos terminamos peor.
Si los dominicanos empleáramos nuestro tigueraje en empresas de beneficio común, respetando las reglas podríamos superar a los países europeos en poco tiempo, para ello deberíamos de repensar nuestros principios y valores.