Hay una dicho famoso que dice “la gente cambia cuando tiene dinero”. Pero en mi opinión la persona no cambió sino que siempre fue así lo qué pasa es que el dinero le dio la libertad de poder mostrar como realmente es, mostrando sin miedo su persona.
El feo es siempre chistoso con la chica que le gusta porque lo necesita. El dependiente es bueno con quien puede hacer algo por él por qué lo necesita. El indigente te saluda sonriendo porque necesita limosna. Ese mismo feo si fuera bien parecido no fuera tan chistoso, el dependiente empoderado no sería tan bueno porque no sería tan dependiente y el indigente que se vuelve rico no le saludaría sonriendo a todos los que le pasen por enfrente.
No todo el feo es malo, hay personas feas que son muy buenas de corazón pero es difícil saber cuando es verdad y cuando no. No es muy inteligente confiar en gente fea, pobre y fracasada solo porque sea buena persona. Para que un regalo tenga valor debe de costar. Entregar bondad cuando no tienes otra opción es esperable porque no tienes más nada que ofrecer.. pierde valor porque no te puedes dar el lujo de no hacerlo… a diferencia que cuando alguien es bonita, inteligente, exitosa y decide ser buena persona contigo. Es muy fácil arrodillarse cuando no tienes fuerza suficiente para no hacerlo.
Cuando una persona entrega menos valor que el que recibe tratará de llegar a la reciprocidad de una u otra manera. Por ejemplo cuando una persona está en un mercado con hambre viendo un puesto de fruta y una vendedora le regala un pedazo de fruta es natural que esta persona tratando de ser recíproca sea muy agradecida con la vendedora y la llene de cumplidos, la vendedora podría pensar “ que persona más educada y buena por los comentarios” pero estaría en un error. Pagar con un cumplido y una sonrisa porque no se tiene dinero no es lo mismo que pagar con dinero y darle una sonrisa. Así mismo, decidir no hacer algo que puedo hacer si quisiera solo porque no está bien hacerlo tiene mas peso que no hacer algo malo que no podría hacer aunque quisiera, esto último solo fue una dulce coincidencia.