No es extraño encontrarse en un mercado con un producto tradicional con una modificacion “innovadora” . Estos productos Frankeinsteins, son creados con la bandera de la innovación agregándole a un producto de uso regular y que funciona una funcionalidad extra, estos bienintencionados diseñadores en ocasiones terminan reinventando una rueda que no rueda colina abajo.
Los culpables no siempre son los diseñadores que complican los productos si no las distribuidoras que no saben o mienten para vender. Las sobre-complicaciones en los productos tradicionales o -ya inventados- no son más que una pequeña mejora que beneficia a un tipo de público.
Se puede decir que en síntesis es un producto nicho que viene a atender con su “mejora” a una parte de los consumidores que ya están familiarizados con el producto. Una escoba con palo plástico y desplegable (que por tanto puede romperse fácilmente) es un gran invento para una persona que vive sola y no tiene espacio para guardar sus artículos de limpieza pero es un pésimo producto para el que tiene familia y mucho espacio, este último necesita una escoba tradicional durable de madera. Es un problema de comunicación entre la empresa que lo produce y la empresa que lo va a vender al consumidor final. Esta confusión puede derivarse del interés de vender lo más posible del productor y el deseo de la tienda: de vender al precio más barato (comprando el producto de menor costo).
Pero en otras ocasiones es avaricia y quien vende el producto innovador tiende a tratar de llegar al mercado total existente y no al nicho que le corresponde. Dando situaciones donde el producto es comunicado como superior no siéndolo. Por ejemplo los audífonos inalámbricos, La comunicación del vendedor (apple) da la impresión de la superioridad del producto por la publicidad airada de la ventaja “ no hay cable”. Pero esta innovación es de nicho pues beneficia más a los que quieren tener audífonos mientras hacen deportes o alguna actividad que al público en general ya que estos últimos tendrán que gastar más (son más caros), recordarse de cargarlo y no perderlos fácilmente.