Es común entrar a las plataformas digitales de creación de contenido y encontrar contenido disparatado que nos hace sentir vergüenza ajena.
Esta realidad puede dar la falsa creencia de que estamos siendo manipulados para ver contenido como este.
La verdad es menos entretenida que la ingeniería social desde arriba y es más gracias a un interés puramente económico. Los algoritmos de los principales medios de comunicación están optimizados para generar dinero (con ads) eso se consigue manteniéndonos la mayor cantidad de tiempo en su plataforma y para ello deben de mostrarnos contenidos que posean una mayor probabilidad de que nos gusten. La manera lógica en la que esto se logra es guardando un registro de lo que comúnmente le gusta a la demografía, con ayuda del historial y del comportamiento del usuario en la plataforma. Resultando como ganador el contenido disparatado. Pero porque pasa esto?
En mi opinión es debido a la democratización del contenido.
El buen gusto requiere de una educación de los sentidos. Requiere de trabajo y tiempo. Esta educación era brindada por los expertos quienes con crítica, opinión informada y experiencia nos enseñaban que era lo bello y/o deseable.Toda educación es difícil y requiere esfuerzo mental. Es por ello que los algoritmos favorecen la proliferación del contenido simplista, entretenido y banal por sobre el contenido maduro porque es más fácil, entretenido y entendible y por ende los usuarios lo visualizan más.
Esto no pasaba tanto antes gracias a la imposición de la opinion experta en los medios de comunicación tradicionales donde obteníamos una fuente acreditada para mostrar contenido selecto que funcionaba como educador y punto de inicio para el debate pero este fue perdiendo protagonismo gracias a la profusión exponencial de un contenido de primer escalón y más divertido en las plataformas digitales.
Esta caída en la calidad del contenido que consumimos, representa un círculo vicioso puesto que nuestra mente no tiene ni la paciencia ni la capacidad de aceptar algo inteligente y sofisticado. Si se nos alimenta todos los días con comida chatarra, dígase McDonald’s, el día que probemos un plato delicado y exótico no tendremos la capacidad para disfrutarlo puesto que nuestro paladar está entumecido por los químicos de la comida rápida. Asi mismo el contenido banal, divertido y corto permite a cualquiera alimentarse/entretenerse rápidamente pero a costa de la pérdida de paladar.
Al mismo tiempo los creadores con talento van siendo intencionadamente cada vez más superficiales y simples. Dado que el público apto para el contenido preparado es cada vez más reducido y marginalizado. Estos entonces se ven con el incentivo de crear lo que vende, produciendo un efecto cascada que perpetua el contenido disparatado.