El religioso estereotipado: machista, estupido e inflexible es la primera imagen que les pasa por la cabeza a los adultos jóvenes cuando hablan sobre los seguidores de Dios.
Hoy día hay una tendencia clara hacia el ateísmo y no es raro encontrar entre los ateos un sentimiento de repudió hacia la religiosidad.
Esto se debe a la gran cantidad de recursos como los libros, documéntales y documentos académicos que contradicen la religión. Las pruebas son apabullantes en contra de lo espiritual y solo se necesita de una pequeña inmersión en esas pruebas para ser “anti” todo lo que no se pueda ver o probar. Lo digo porque pase por ahí, en su momento veía a los creyentes como personas sin Raciocinio y temerosas, que necesitan de lo divino para escapar de las duras realidades, dándole sentido o protagonismo a una vida insignificante, en el plano espacio-temporal, y victimas de un arma sociopolítica para controlarlas en sociedad.
La verdad es que ese tipo de pensamiento viene irónicamente de la estupidez y de la arrogancia. El creer que nosotros tenemos la verdad absoluta , el sentimiento de que mediante el ejercicio mental podemos sobrepasar la carne y ser seres divinos. Pasar de un Homo sapiens “un mono erguido” a un homo Deus “un Dios”. Es El nuevo humanismo o el nuevo veneno.
Ciertamente la religión es falsa, la biblia es incorrecta y las creencias religiosas son mentiras. Pero son mentiras bajo el discurso humano, es falso según la razón e incorrecto bajo los lineamientos de la ciencia. El alenté a progresar nos ha cegado de nuestros propias limitaciones. No podemos ser dioses porque somos monos. Nos consideramos vida inteligente solo por que somos mas inteligentes que la competencia: los demás animales. Los Maltratamos porque nos dijimos que “no sienten” y que “no piensan” pero esa es una mentira que nos satisface, como todo una autofelacion. La verdad es que Ellos piensan y sienten solo que por una diferencia mínima en nivel cognitivo nos decimos historias dulces.
Son por mentiras autosatisfactorias como esa que hemos construido el mundo moderno. Los humanos somos cuentacuentos, nos hacemos historias entretenidas y actuamos de acuerdo a ellas pero la verdad es que no somos más que monos haciéndonos pajas mentales en grupo.
Las historias de ficción están en todo. Y la ciencia ,enemiga de la religión, no es la excepción.
El tiempo y el espacio fundamentos de la ciencia moderna solo son los formatos en los que percibimos la realidad. No hay algo así llamado tiempo o espacio solo son creaciones humanas historias de monos que no ven más allá del horizonte. Nuestro cerebro no nos permite ver mas pero ciertamente hay más es como nuestro ojo que solo percibe un número reducido de luces cuando en realidad hay una gran paleta de diferentes luces.
La ciencia es un método. Es literalmente todo lo hecho y comprobado mediante el método científico. Pero este método solo revela la verdad dentro de lo posible para nuestro cerebro, pues funciona bajo la lógica y las asunciones humanas, fue hecho para satisfacer nuestras historias, se queda corto cuando algo sale de su rango humano, por ejemplo el experimento de la doble rendija.(resumen: un experimento donde unas moléculas tenían un comportamiento X cuando eran observadas y cuando no eran observadas tenían un comportamiento Y). Aunque no lo podemos explicar mediante la ciencia, no nos adelantamos a decir que esta es mentira y está mal y ahí está el espíritu de mi punto extrapoladolo con la religión.
si bien la especie del mono es entupida, nosotros sólo tenemos un 1% de diferencia en ADN con ellos. No somos mucho más inteligentes o almenos no mucho menos estupidos que ellos como queremos pensar. Dentro de nuestro cerebro limitado, con nuestros recursos limitados No podemos captar todas las realidades y por ello no podemos llegar a una verdad absoluta. La arrogancia de la raza humana. No nos permite ver el mundo de las posibilidades que se encuentra detrás del mundo de sombras o historias.
Irónicamente el ateo debe de abrir la mente y darse cuenta de la posibilidad de lo divino. Debemos respetar la verdad ajena.