El hombre de gran cultura general almacena conocimiento de varias áreas de la vida. Conoce las respuestas a preguntas complicadas y tiene datos memorizados de toda la paleta de ciencias. Podemos decir entonces que esta persona tiene una sabiduría imaginaria es decir una ilusión de sabiduría. Una sabiduría ostentosa pero sin contenido, que detrás de su imagen de grandeza está vacía.
Aquel que coquetea demasiado con la cultura general corre el peligro de conocer demasiado y saber de nada. Se pasa por todos los sitios pero no conoce ninguno profundamente. Convierte el conocimiento en entretenimiento, el leer por el leer, un medio convertido en fin cuando el conocimiento debe de ser un medio para un fin.
La persona que tiene esta sabiduría imaginaria demuestra mala administración de recursos pues se hizo ideal para lo inútil. El único uso que puede hacer de él es uno egoista el de utilizarlo cómo atuendo. Un atuendo es un símbolo y cómo tal es un medio de comunicación hacia quien lo ve que revela algo de quien lo usa, en este caso soy inteligente.Pero este atuendo no es más que camuflaje que engaña al remitente.
El hombre de cultura No sabe nada, solo repite lo que escuchó en una fuente de opinión sobre el tema, tomando la opinión y haciéndola suya. No conoce nada pues todo conocimiento lo adquirió desde una tercera persona, capta y engulle sin pensamiento y reflexión. Método eficiente para él pues no se busca aprender, si se buscará se especializaría y seguiría la profesión, lo que busca es ostentar y para ello solo necesita de memoria.