La voluntad es lo único que importa. Nada te llevara a donde tú voluntad no quiere llevarte. El servirse de coach’s, profesores o libros es una manera más lujosa de procrastinación, donde la culpa no es tan agresiva como la de aquel que no hace lo que debe de hacer por estar en el sofá pero donde ciertamente lo que tiene que hacerse aún no se hace o no se ha hecho. Se está a medio camino permanentemente.
Es por eso que las herramientas que no nos permiten desarrollar nuestra voluntad son inservibles pues solo nos hacen dependientes a sus servicios. Todo puede hacerse si realmente se quiere. El que quiere comenzar algo comienza. El que quiere escribir, escribe. El que quiere programar programa. Todo lo que se supone que te ayuda a lograrlo solo te ralentiza.
No tener un coach o un profesor es incluso preferible porque nos permite darnos cuenta de si realmente queremos aquello que expresamos. Si tienes una guitarra y esperas a que un profesor te enseñe para comenzar a tocar guitarra, es por que realmente no quieres o no te gusta la guitarra como piensas pues el que quiere ser guitarrista busca ahora mismo: tutoriales gratis, canciones o simplemente inventa con ella desde que tiene su guitarra. El profesor te impide darte cuenta de tu propia falta de voluntad y por verbigracia interés. Impidiendo tu desarrollo y perpetuando tu incompetencia.