La espiritualidad nos da muchos beneficios: Te hace ser autosuficiente. Vivir el presente. No tener miedo. Aceptar las cosas como son. Concentrarse en hacer lo que se puede. A No atar tu felicidad a determinado resultado. A ser más humilde. En fin a ser feliz.
Son resultados bien sanos que van en consonancia con el primer deber del ser humano que es “ser feliz” pero no todos los seres humanos tienen la mismas metas y por ello estos beneficios son para algunos el peor veneno.
La verdad es que la espiritualidad te hace lento. Si obtienes los “beneficios” de la espiritualidad puede que termines siendo un fracasado bajo los estándares de la sociedad capitalista. Que estos estándares sean erróneos o que en realidad nos mal guían? Esas son cuestiones distintas, las reglas del juego son las que son. Y para ganar el juego se necesita de la insatisfacción, del dolor y de la frustración.
Si no estás insatisfecho con donde estás ahora mismo ¿cómo vas a moverte? El Progreso es ante todo un movimiento (hacia adelante). Todo progreso nace de una iniciativa privada cuya fuente es el deseo de hacer más dinero del que se tiene ahora y del miedo a no tener en el futuro suficiente. La espiritualidad mata la misma base de la iniciativa privada pues elimina “el deseo“ ya que es la cuna del sufrimiento y a el miedo debido a que toda espiritualidad nos ubica en el aquí y el ahora.
La espiritualidad es una herramienta que nos hace Felices y que no hace daño a nadie. Pero que no nos permite ser lo suficientemente agresivos y ambiciosos para lograr un gran éxito. Es por ello que si se tiene grandes sueños no la recomiendo. Pues para buscar agua tienes que tener sed y mientras más sed tengas más agua buscarás, si por la espiritualidad aceptas la sed como parte de la vida corres el riesgo de morir de sed.