La música en nuestra cabeza2 minutos de lectura

El día de hoy haciendo diligencias dentro de una institución pública me topé con una persona que mientras esperaba: escuchaba música con audífonos y cantaba.

Desafortunadamente me tocó sentarme a su lado, digo desafortunadamente porque cantaba muy mal pero al menos lo hacía con actitud.

El hecho de que esta persona estaba cantando con importante cantidad de confianza me confirmaba que él pensaba que lo hacía bien y que estaba deleitando a los que estaban a su alrededor. Y quizás tenía razón, quizás cantaba bien y mi error de gusto provenía del hecho de que no oía el ritmo base de la canción por lo que su voz para mi era un timbre sin ritmo.

En lo que me pareció una espera interminable al lado del cantante, Reflexione sobre la triste situación y la posibilidad de que haya en ello una semejanza con la vida

Quizás todos fruto de nuestros genes y nuestras circunstancias, estamos escuchando una canción en nuestra cabeza. Esta música tergiversa nuestra percepción de los hechos objetivos, coloreando y adquieriendo el tono de la canción que llevamos dentro.

Me fascino la posibilidad de que esta persona escuchando una canción triste no se hubiera atrevido a llamar la atención del de al lado cantando. En cierto sentido tu motivación depende de la música.Todo suena más atrevido con un rock, más triste con una balada, más alegre con un funk. El mismo hecho por tanto puede despertar diferentes respuestas según el género que escuches. Es por eso que el tipo de música que tengamos en nuestra cabeza dictará el tipo de acciones que tomemos. Tú vida bailará al ritmo del género de la canción que lleves dentro.

Todos estamos cantando al son de la canción que suena en nuestra cabeza.

Y es ahí que radica el peligro. La canción que llevas en tu cabeza solo la sabes tú. Nadie más entiende más que tú: tus formas, intenciones y razones. Así como el muchacho se escuchaba bien dentro de sí, estoy seguro que nadie en la habitación pensó igual.

Es por eso que para un demócrata algo puede ser muy obvio mientras que para un republicano no (tienen diferentes música). Todos nos percibimos como excelentes cantantes, porque nos oímos así, mientras que el otro que canta se escucha horrible. La primera parte de la verdad es que no somos tan buenos cantantes y la segunda parte de la verdad es que si tuvieras la misma canción que el que oyes cantar mal, pensarías que canta bien y quizás cantarías con él.

Al final todos cantamos bien o con una mirada más pesimista todos cantamos mal.

Sal y canta.

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