No tener problemas paradójicamente representa un problema. Esto porque lo que a simple vista puede es parecer estar todo bajo control, en el fondo significa que no estás dando lo suficiente, que no estás pujando hasta los límites de tu capacidad y por tanto te encuentras en tu zona de confort.
Tampoco es tener problemas por tenerlos. No es llenar nuestros días persiguiendo nuestra cola esto sería perder el tiempo. Tenemos que tener los problemas indicados, siendo los elegidos aquellos cuya resolución nos encaminen lógicamente al hito que queremos lograr.