La pasividad es una clasificación de las “Acciónes” donde pasa a ser pasiva toda acción que es realizada sin ser en sí misma una forma de creación. La dicotomía de está clasificación es completada con su contrario: “la proactividad”. La cual según mi definición sería toda acción, que encuentra protagonismo creativo y dirige la obra.
Es pasividad el leer, es proactividad escribir. Es pasividad el observar un partido de béisbol, es proactividad jugar béisbol. Es pasividad el apreciar un cuadro es proactividad pintar.
Debemos de evitar las acciones pasivas porque ellas representan una pérdida de oportunidad, de entregar valor. Esto porque La pasividad nos impide expresarnos. Pone el protagonismo fuera de nosotros y da menos valor que la proactividad.
La pasividad es una forma de procrastinación. Es más fácil leer que escribir. Es más fácil ver una película que hacer una película. La pasividad nos convierte en personas pasivas no en personas realizadoras. Lo pasivo es una excusa mucho mejor que la inacción pero no por ello deja de ser una excusa.
Contrario a las acciones pasivas, las acciones pasivas agregan a su autor experiencia, feedbacks y nos dan algo tangible de donde podemos partir.
Creo que la pasividad representa un peligro para aquellos que quieren lograr algo importante. Es muy fácil sumergirse en acciones “preparativas” o pasivas y evitar poner allá afuera lo que tienes que decir.