Hablando con una amiga española el día de hoy le comenté la alta estima que tengo por su país, por las personas y las oportunidades que ofrece. Para mi sorpresa este comentario le impacto dado que según ella su país en realidad estaba muy mal y que es Justo por eso “la falta de oportunidades” que se motiva a los seres queridos de todos los españoles a irse.
Son dos interpretaciones muy distintas de un mismo objeto: el país. Primero pensé que es por mi poco tiempo en españa y mi comodidad financiera pero desestime esas razones rápidamente por ejemplos específicos de amigos dominicano sin dinero que aquí están triunfando. Luego me percaté de que no es que estaba mal es que no tenía punto de comparación como para darse cuenta de lo mucho que su país le ofrece. Si viniera de mi país rápidamente se daría cuenta de las muchas oportunidades que hay en el suyo.
No tarde mucho para ponerme en su lugar de una manera más profunda. Si un Haitiano estudiará en mi país y me comentara lo mismo de todas las posibilidades de mi país seguramente le diría lo que me dijo la española: que hay falta de oportunidades y que todos se quieren ir. Teniendo el haitiano la misma mirada de incredulidad al escuchar eso que yo con la española.
Todos los países tienen deficiencias y suficiencias. Tendemos a ver el jardín del vecino mucho más verde que el nuestro por motivos psicológicos pero la verdad es que es el mismo suelo con los mismos minerales y clima por lo que ambos jardines permiten crecer las mismas plantas. En otras palabras que si haces un buen trabajo, eres excelente y responsable no importa si estás en haiti, en República Dominicana o en españa tendrás resultados positivos y las oportunidades comenzarán a llegar en mayor o menor medida.
Así mismo pienso que la mentalidad de inmigrante es una de abertura y de posibilidades que le permite ver no los problemas del país sino sus oportunidades contrarío a la mirada del ciudadano que da todo por sentado y busca problemas para así poder votar.
Si te va bien a donde vayas te irá bien. Porque no es que te fuera bien por el sitio, sino por tus pareceres, que siempre los llevas contigo.