Es tendencia analizar figuras públicas importantes a fin de desentrañar sus manerísmos, posiciones y voz. Este contenido llama la atención de un nicho de personas que busca ser exitosa y que se guía de las formas de sus ídolos para copiarlas y ser percibidos como ganadores.
Una vez te adentras en el mundillo de los manerísmos comienzas a percatarte de personas visiblementes inseguras que apenas pueden mirarte a los ojos al hablar pero que si pueden realizar la pirámide invertida con las manos u otra poses antinaturales que están asociadas a victoria y poder.
Por regla general el que tiene que forzar un comportamiento para lucir como una persona segura y con confianza no es una persona segura ni con confianza.
Una persona exitosa no lo es por su posición de las manos. La confianza y seguridad puede venir desde alguien en una posición jorobada, pues la confianza viene del éxito y de la competencia probada en su área.
Esta Era esta obsesionada con el parecer y se olvidó del ser. Creer que una postura o una posición es vital para ser percibido como virtuoso al entrar a una habitación es una teoría que ignora la realidad de que esa persona es percibida así porque es virtuosa.