El día de hoy fui a una tienda de Ale-hop, para comprar un envase térmico. La variedad y cantidad de artículos en un espacio tan pequeño me llamo la atención por lo que decidí ojear la tienda. Para mi sorpresa caminando entre los juguetes para niños me encontré con vibradores y juegos sexuales.
Esto me inspiro ha escribir dado que la másturbación nunca ha sido vista como una conducta moralmente deseable. Las religiones siempre han castigado esta conducta y la ha relegado al secretismo. Exponer estos artículos en un ambiente de familia es muy extraño.
Pienso que los adultos pueden hacer con su cuerpo lo que deseen pero no veo con buenos ojos que a los niños se le exponga a conductas adultas. Debe de haber una separación entre los vicios y la niñez.
Es una decisión económicamente sabia por parte de la empresa. Las personas no quieren sentirse observadas entrando y comprando artículos especializados para la autosatisfacción en una tienda de sexo por lo que exponer los juguetes sexuales fáciles y en un ambiente familiar quita el tabú y consigue la venta.
Hay que recordar que la meta del empresario es maximizar sus beneficios y sin dudas esta es una forma de hacerlo por lo que no culpo al empresario, si este debe de vender drogas en su establecimiento para crecer lo haría, sino que señaló a las autoridades públicas como las que han defraudado a la comunidad, dado que es su deber proteger a los más vulnerables.