El día de hoy se viralizaron en mi país, unas críticas sociales dirigidas a la moda de la alta sociedad de realizar fiestas de disfraces con temas barriales. Estas fiestas son inmersivas solo se escucha música de barrio, se bebe la típica cerveza, se juega domino y los invitados parodian mediante sus disfraces a la gente de barrio.
La acusación principal de los críticos se centra en el clasismo, dado que las personas que planean estas fiestas y se disfrazan son adineradas, blancas y actúan de manera jocosa.
Para ser sinceros la clase baja viste así y disfruta hacer justo lo que que esa fiesta expone. Vestirse de una manera diferente es parte de la diversión de la fiesta, nadie asiste a profesar odio. Las personas de barrio pueden vestirse como los ricos sobreactuando sus manierismos y oyendo su tipo de música jocosamente como entretenimiento y eso no tiene nada de malo. El clasismo verdaderamente está en llamar a esas fiestas clasismo porque en la acusación hay una consciencia de que una clase superior está restregandole a otra su falta de sofisticación y esto es en lo profundo revela una afirmación de superioridad y una vergüenza hacia ellos por exponerlo (por eso lo critican), lo cual es clasista.
La acusación revela también un cierto desagrado por la clase social alta. Esta en la una naturaleza humana disfrazarse como medio de diversión por lo que es a través de la historia algo normal y persiste en el presente… por ejemplo todos los años los colegios dominicanos hacen un show para los padres vistiendo a sus estudiantes de campesinos con sombrero, ropa descuidada y chancletas, poniéndolos a bailar merengue, a hablar mal y a actuar siempre sonrientes y nadie va y les dice a todos clasistas por usar escenografía y una caricaturización de una clase inferior.
Para ser clasista debe de haber un componente psicológico de odio y/o desprecio en quien actúa. La comedia y la fiesta de disfraces no son armas de odio sino que son medios de entretenimiento. La búsqueda de poder a través de los juicios unilaterales, donde se hace uso de la imaginación para otorgar culpa, son una fuente de discordia social aún mayor que una fiesta “clasista”.