Es común ver celebridades, artistas y figuras públicas al salir de un lugar, al ritmo de los flash de los paparazzis, detenerse para saludar a un indigente que se encuentra en su camino.
Las revistas de sociedad y lifestyle aprovechan este momento para hablar de las bondades de esta figura pública, interpretando esta acción como una prueba de activismo social y reconocimiento del indigente. La bondad de la celebridad de tratar al otro inferior en la escala social como un igual no pasa desapercibida por nadie. Pero paradójicamente es esta misma acción la que indignifica al indigente pues señala su inferioridad. Acaso la celebridad se detiene para saludar a un peatón cualquiera? Se detiene porque detrás de la acción se encuentra un conocimiento de que esta persona es inferior.
De ahí que esta acción constituya un acto de falsa bondad, un truco de relaciones públicas. Acaso la indigencia se soluciona con un apretón de manos? Para lograrlo es necesario política y un cambio de ideología.
El aprecio a nuestros hermanos conciudadanos que no la están pasando bien, no es premiarlos un día. Es asegurar que por medio del gobierno, puedan cubrir sus necesidades básicas y salir adelante. Esto no se soluciona dándole dinero a alguien que obviamente no lo maneja adecuadamente, se logra consiguiéndoles las necesidades mínimas, proveyéndoles de educación y de apoyo. En fin Apostando por los indigentes.