Todo es tan fácil para él,
Todo es obvio para él,
El camino está trazado para él,
Cuánto quisiera ser él,
Dijo él.
Increíble cómo sabemos que debe de hacer él pero no sabemos qué debemos de hacer nosotros. Y es que desde fuera todo parece desenredarse con un jalón mientras que nuestro nudo necesita de una tijera.
Esta sensación produce que proporcionemos consejos no-solicitados y qué desenfundemos la espada de la crítica “constructiva”. Amargando una relación y dándonos una falsa sensación de superioridad.
Esto se debe a dos factores: En primer lugar desde afuera vemos más, al ver desde lejos podemos ver tendencias, peligros lejanos, errores y dirección, en fin el panorama completo. Y en segundo lugar vemos las cosas de manera más objetiva. Al no tener una ligadura al resultado podemos analizar las condiciones y consecuencias de este de manera más neutra ponderando por sobre todo los resultados deseados.
Ahora bien esto hace que estemos más capacitados que la persona analizada?
Lo dudo pues creo que esas personas son tal y como Seríamos nosotros en esas circunstancias.
Lo que para nosotros es obvio sin dudas para él también lo es. Lo que pasa es que lo que anteriormente enumeraba como ventajas de ver en “Tercera persona” son esas también sus desventajas.
El primer punto “desde afuera vemos más” por disponer de una vista general esconde que también vemos menos por la imposibilidad de ver lo específico. Así como el que está campo arriba ve el bosque completo, el que está de cerca ve los detalles del árbol y lo rocoso del camino.
Y en cuanto al Segundo punto de que podemos ver las cosas de manera más objetiva representa un ideal económico falso pues como seres emocionales lo subjetivo se convierte en parte de la ecuación de ponderación de valor. En otras palabras la necesidad de sentirse bien (u otro) es un intangible tan o más valioso como un valor o resultado objetivo. La objetividad de la tercera persona nos impide ver lo importante, el hecho de que un resultado exitoso es construido internamente por lo que para ser exitoso depende de lo subjetivo.
Para encontrarnos mejor preparados debemos de posicionarnos en el medio. Para hacer esto existe un ejercicio estoico de vernos en tercera persona. Esto es extraernos de nosotros en momentos decisivos para así dejar de vernos como un “yo” y vernos también como un “él” para así tener lo mejor de los dos mundos. ¿Que hago? Y ¿Que le aconsejaría a él?