La noche fria y la oscuridad del camino hicieron más palpable mi soledad añeja, la rocosa carretera serpenteante dejaba ver el abismo al final del camino, fui yo quien siguió las señales de tránsito de una carretera que no me llevaba a ningún lugar, pensé que conmigo sería diferente y ya era demasiado tarde para devolverme hacia un camino más prometedor. Me mire en el retrovisor y vi como mis ojos rojos, cansados y tristes de un mal vivir y dormir, mostraban el futuro que siempre me negué a ver: todos en algún momento nos rendimos y aceptamos que los sueños de la niñez no son más que eso sueños, a algunos le llega antes, a otros le llega después, pero ese punzante dolor de saberse perdido desaparecera, pasado el tiempo ese sentimiento de decepción se tornara en uno de alivio. Ya no tienes que fingir, ya no tienes que luchar, puedes descansar en paz, puedes ser mediocre y ni siquiera tienes que informar que es una decisión propia, puedes decir que tuviste una mala suerte que hizo inevitable e irreversible el abandonar tus sueños librandote de toda culpa ante los demás. Un dia te encontraras en tu trabajo de oficina y te convenceras como todos, de que eres feliz, de que realmente no necesitabas nada de lo que antes tanto deseabas, que esta vida es tu mejor vida, que de otra manera serias infeliz. Fue entonces que Pise el acelerador, recorte las orillas de las curvas y con una sonrisa la oscuridad se hizo total.
Desperte del micro-sueño, me di dos bofetadas para espantar el sueño, puse una cancion de ACDC y segui mi camino a hollywood.