Veía en una película como a los niños de la pareja protagonista se le hacía partícipe de reuniones regulares que buscaban decidir sobre el futuro de la casa. Esta idea aunque es ficción , el evento de la película, es una tendencia moderna y progresista que se está abriendo camino en el mundo de hoy.
Cada vez son más los niños que son escépticos. Generación tras generación el umbral de inocencia del niño es corrompido a menor edad.
Se le hace partícipe, de decisiones familiares bajo el disfraz de bienintencionados valores democráticos pero que bajo la máscara realmente son malvados.
La presentacion de estas realidades es una forma macabra de ganar partidarios hacia la decisión planteada por la autoridad familiar, disfrazándola de consenso. Un niño no puede consentir porque no sabe lo suficiente aún, no sabe cuáles son las demás opiniones, las consecuencias ni cuáles son sus opciones, es una forma autocrática de imposición que nisiquiera fue pedida. Un niño nunca hablara en contra de la autoridad familiar, de hacerlo quizás se podría ver fácilmente la falta de coherencia en sus palabras exponiendo lo ridiculo del plan. La falta de debate del niño dista mucho de la del sabio observador que asiente ante la presentación de información y es más una falta de comprensión combinada con el sentido de deber de corresponder el halago, asintiendo.
Creo que El Niño merece la fantasía, el interés superior del niño demanda que se le presente la dulce mentira antes que la agria verdad.
Acabar con la ignorancia de un ser que por definición no puede llegar a ella aún. Esta mal. Debemos impedir que se le revele el truco del mago para que así el pueda disfrutar del show mientras pueda.
Creo que hay verdades que pueden esperar. Apresurar la muerte de la inocencia de un niño está más lejos de acercar al niño a la adultez de lo que lo está de agriar su niñez.
El cerebro necesita desarrollarse para aprovechar la verdad y ver el panorama completo. Cuando somos inocentes y nos enfrentamos con una dura realidad corremos el riesgo de afrontarla sin sabiduría arrepintiéndonos después.