Lo ocioso es necesario, estamos en esta vida para disfrutarla y ser feliz. Es por eso qué hay que dejar espacio para Lo gracioso y lo banal a fin de relajarnos, sacarnos unas risas y despejar la cabeza.
Pero creo que hasta para esto hay que tener cuidado de lo que consumimos.
Existe un poder en aquello que consumismos, un poder de dirección que puede moldearnos . Cuando decidimos prestar atención a un contenido en específico le abrimos las puertas invitándole a actuar en nosotros, la actuación esperada es una que nos produzca placer pero para esto es necesario toda una escena que viene acompañada de un bagaje dígase un sub texto, una idea y/o un presupuesto.
Es por este bagaje que No todo entretenimiento es igual. Algunas ideas son vulgares y dañinas. Si bien toda comedia o chiste tiene el mismo efecto en nosotros, el hacernos reír el que uno lo haga a costa de la alabanza a la pedofilia y otro a costa de la situación política es lo que marca la diferencia.
Hay que ver lo que consumimos así como vemos los datos de nutrición en el espaldar del producto del supermercado. Asi como el que come siempre alto en grasa termina obeso, La risa proveniente de la estupidez deriva tarde o temprano en estupidez.
Es por esto que a la hora de elegir que consumir debemos de hacerlo con prudencia. Cuando se está de fiesta y queremos incrementar nuestro ánimo social no nos ayudamos directamente con la heroina sino que lo hacemos con el alcohol. Así mismo cuando estamos por elegir qué ver o oír deberíamos ver que tipo de entretenimiento es y que efecto puede producir en nosotros.