En la vida me he encontrado con personas que desarrollaron una especie de Masoquismo cotidiano, son personas que si bien el dolor le resulta doloroso en su interior lo anhelan.
Quieren encontrar algo mal en ellos para tener una historia que los haga sentirse justificados, una historia que les permita realizar el comportamiento deseable (dejar de trabajar, comer de más, ect) sin el castigo social que lo acompaña. El vago crónico desea tener grilletes en las piernas.
Desean el dolor para protagonizar La atención de los demás. Tener la pata rota los hace sentir especiales porque hay que ayudarlos a bajar la escalera. Un día puede ser la pierna otro otra cosa, Cada día encontrarán más y mejores formas de ser el centro del dolor para asi ser el centro de atención.
“Pobre de mi..” dirán proclamando su retorcido protagonismo.Cada dolencia es una carta que se agrega a su mazo a la espera de ser usada cuando pueda beneficiarle.
Esto es una espada de doble filo pues si bien obtienen lo que desean es a costa de pobreza mental. Una impotencia pegajosa programada por ellos mismos, que es casi imposible de quitar.