La ceguera de la regularidad.
El dueño de perros que se acostumbra a ver los regueros de sus cachorros y que constantemente está expuesto a su olor particular, al momento de compartir con otras personas lleva a sus perros creyendo que el mínimo reguero u olor canino en el ambiente no seran incómodos.
La madre de 4 niños que ve el retozo de sus hijos diariamente, al llevarlos a un lugar publico no siente que el lloriqueo de uno de sus 4 hijos representa una incomodidad para sus alrededores.
Estas personas sin intención de molestar exponen al otro a situaciones incómodas. Lo que es un pequeño olor para quien fuma representa un mal olor para el no fumador. Todos comparten una insensibilización ante acontecimientos desagradables.
Esto sucede por su experiencia constante de la situación incómoda. El hábito específico los ayuda a obtener una soportabilidad especial. El cual así como un músculo se va desarrollando con el tiempo. Dando lugar a auténticas situaciones de incomodidad flagarante que pasan desapercibidas ante estas personas.
Todos tenemos una nivel de soportabilidad fortalecido en alguna que otra área de nuestras vidas. La clave está en hacernos empaticos con las demás personas y ser conscientes de las consecuencias de nuestras acciones.