El esfuerzo de la sociedad industrial ha rendido frutos, el trabajo es visto hoy como el area más importante de nuestras vidas, la acción “perfecta”.
Esto gracias a un esfuerzo social de todos los medios de comunicación y puntos sociales. Un esfuerzo que empieza en “La escuela” donde desde temprano se nos adoctrina, se nos organiza y se nos disciplina. Es allí donde se forjan los pilares del trabajo: comenzamos a ceder con nuestra libertad, con la dominación atroz del manejo del tiempo. La escuela surge como fábrica asegurando de que de allí salgan ciudadanos aptos según el programa preestablecido, dociles, callados y con la capacidad de realizar el trabajo arduo esperado.
El trabajo es realmente un medio de tortura. Es el lugar donde pasamos el mayor lapso de tiempo “despierto” de nuestras vidas, sufriendo para complacer al otro bajo la promesa del sueldo, el cual solo es suficiente para mantenerte con vida. Un lugar de estrés y frustración donde el jefe tiene la facultad de despedirte si así lo quiere derrumbando el castillo de naipes de la vida del empleado. El trabajo es indignificante con él nos vendemos a plazos hasta que un día seamos desechados.
El trabajo es el la esclavitud moderna, se sirve del miedo para constreñirte a hacer la voluntad del patrón. El trabajo es parte de un engranaje que pretende hacerte trabajar para que puedas consumir, para que puedas seguir trabajando y seguir consumiendo. Un engranaje que le da movimiento a un mundo que siempre esta mirando al futuro. Siempre moviéndose hasta adelante para que haya más cosas que hacer y por ende más cosas que comprar. pero hasta cuando? Para quien estamos desarrollando tanto el mundo? por qué?
El trabajo se sostiene con el miedo. El miedo a morir, el miedo a no tener placeres el miedo a sufrir. El trabajo necesita más de nosotros que nosotros de el. Si dejamos claro la estupidez de la premisa laboral: pasa 2/3 de tu vida trabajando, no te daremos dinero suficiente, vivirás asustado y tendrás solo 20 días al año de felicidad (vacaciones) Sin pensarlo diríamos que no. Pero lo qué pasa es que tenemos años de adoctrinacion que hace que solo el plantearnoslo sea un acto de herejía.