Hordas de personas hacen escandalos en contra de famosos por lo que dicen o apoyan. Representando un peligro para la libertad de expresión.
Estas hordas son las mismas de la Edad Media: irracionales, incontrolables y violentas. Con la diferencia que antes iban por las tabernas buscando a quien quemar y ahora están en internet, donde a golpe de hashtags piden sangre.
Los divulgadores de hoy deben de ser cuidadosos de las frases que puedan ser escuchadas por oídos sensibles. Un solo grupo puede acabar con una carrera intachable y una acusación (aún falsa) puede condenarte al infierno en la tierra.
A todos nos llegará nuestro momento en la hoguera da la cancelación pues es imposible caer bien en todos los oídos, nadie es monedita de oro para gustar a todo el mundo. Todo el que sostiene una opinión tiene o tendrá sus “haters”.
El comportamiento que desata “la cancelación” contra una persona nunca es analizado. Las hordas se sirven de un título amarillista o escandaloso para resumir la idea a fin de atraer partidarios a la causa: “Cesar dijo X ” sin decir que “X” tiene razones, contexto y matices.
Pero aún si “X” fue una barbaridad, que importa, cualquiera se puede equivocar. Einstein creía que las calcetines influían en su persona. Aristóteles tenía pensamientos absurdos (¿cancelar a Aristóteles?) Ósea una mente brillante también puede producir basura.
Contrario a lo que se podría inferir de esta “cultura de cancelación” no es el emisor quien sale perdiendo, es el Mundo. Estanca la época manteniendo el “status quo”. El pensador temeroso de las consecuencias de sus ideas está incentivando a no exponerlas. Es natural que un artista no se arriesgue a decir su sentir si no es la opinión dominante ya que haciéndolo puede perder contratos y proyectos. Esto nos quita muchísimas oportunidades pues los famosos tienen por definición algo extraordinario y están callando sus iniciativas. Iniciativas que ciertamente pueden ofender y crear conflicto. Pero acaso toda mejoría no es fruto del “conflicto” el hecho de mejorar algo supone cambiarlo. No se puede mejorar manteniendo “X” solo se puede Cambiando: “X” por “Y”
Cuantas estupideces no se han dicho y han sido ignoradas. Cuantos estupidos andan por ahí diciendo cosas sin consecuencias. ¿Por que ella o él es cancelado? ¿Por que ese comentario? La cancelación es un arma en la mano de un puñado de corporaciones billonarias con influencia en los medios de comunicación. No le temblara la mano a ninguno al empujar ese primer domino que desencadena “la cancelación” y así acabar con los emisores de opiniones contrarias a sus intereses.
La cultura de la cancelación no solo ataca a personas sino que va más allá y se mete con obras e ideas.
Es raro y peligroso ver personas pedir que quiten obras antiguas por contenido que a los ojos de hoy están mal. Este planteamiento desembocaría en borrar el pasado y luego el presente ya que cada época tiene su espíritu y cada generación busca trazar una línea diferenciadora con sus antecesores. Además si una obra es ofensiva ¿que? Acaso eso no lo hace más valioso? Ese contenido representa arte de su tiempo y también nos hace consientes de nuestro progreso como sociedad. Solo queda preguntarnos ¿Borraremos la historia?
Pero no solo la cultura de cancelación es un arma contra de personas o ideas. Si no que también sirve como herramienta de marketing.
A veces es un arma autoinfligida como una estrategia de marketing para tomar relevancia. En síntesis, buscar sonido.
Conclusión
Solo una mente mal educada pierde su tiempo atrás de lo que dijo un famoso. No me importa que Bad Bunny sea comunista siempre que siga haciendo buena música. El no es político el es cantante.