“Ante una disyuntiva dos personas argumentan sus puntos opuestos y una de ellas luego de escuchar detenidamente revela estar equivocado, dándole asi la razón a su compañero” Esta historia aunque parezca sacada de la cotidianidad es más bien una utopía.
La realidad se vería así: “ ante una disyuntiva dos personas discuten sus puntos opuestos ambos después de no escuchar, destacan la estupidez de la otra persona”
El fin de la discusión es Cambiar una creencia pero esto es muy difícil de realizar pues las creencias están asentadas en nuestra mente. Son parte de nosotros y requieren de un esfuerzo extraordinario para ser cambiadas.
Aún cuando en la discusión recibamos argumentos en contra de nuestra creencia sería inútil pues por paradójico que resulte estos argumentos reforzarán aún más nuestra creencia. Esto porque las creencias son el lente con el que vemos las informaciones que nos llegan. Dan el color del cristal del lente, a toda información que recibimos aún cuando la información no favorezca la creencia. En síntesis, son las creencias las que cambian las informaciones, no a revés.
La discusión tiene otra complejidad y es que es vista como una guerra intelectual, una victoria de nosotros contra “ellos” una guerra cuyo resultado significa “soy mejor”. Como si la idea fuera la persona. Es por esto que se busca imponer y vencer, pues no hacerlo significa inferioridad. Y nadie quiere perder.
Que hacer?
Debemos de ver las discusiones de una manera colaborativa como un esfuerzo en conjunto en búsqueda de la verdad. De esta manera sacamos el ego de la ecuación y nuestra discusión no se torna personal. No hay un ganador no hay un perdedor solo hay un norte y este puede encontrarse en cualquier punto entre ambas opiniones.
Esto es una visión más real. Pues el mundo no es negro ni blanco sino que es toda una paleta de colores con matices donde en muchas ocasiones ambos pueden tener la razón. Solo se necesita de mente abierta.
Por ejemplo: Así como quien ve una ilustración con doble significado, ( < 3 ) una vez te convences de que la figura tiene un significado ( un símbolo de menor “<“ y un 3) se te hace más difícil ver el otro significado posible ( un corazón horizontal <3) para tener este momento de “aha” es necesario observar no mirar, escuchar no oír tener una mente abierta. Accediendo así un mundo de posibilidades.