El ser humano se ha vuelto un ser extremadamente capacitado. Las herramientas de la modernidad hacen posible saber en tiempo real cualquier tipo de información. Esta abundancia de información ha hecho más difícil destacar. Lo que se le exigía al ciudadano exitoso del siglo 19 en términos cognitivos no es nada en comparación a lo que hoy se necesita saber para triunfar. En antaño para innovar en una industria solo requerías de conocimientos mínimos, observación y sentido común. En el siglo XXI requerimos horas de maestría para conocer los entresijos de la industria, desarrollar conocimiento específicos y poder innovar. Estamos construyendo sobre sistemas que se construyeron sobre otros sistemas. Es como una escalera, antes requerías subir 2 peldaños para posicionarte en un plano de conocimiento suficiente para poder tomar iniciativas creadoras hoy en día requieres de subir 30 peldaños.
No solamente se requiere más, sino que solo un segmento reducido de la población puede hacerlo. Cuando viaje al interior de mi país vi jóvenes yendo a escuelas públicas, se levantan muy temprano y caminan bastante para recibir el pan de la enseñanza. No podía dejar de pensar: pobres niños hacen un esfuerzo por progresar, tienen sueños y esperanzas pero sus profesores no están capacitados, no tienen la nutrición necesaria para desarrollar plenamente su cerebro, reciben información desfasada, no tienen oportunidad económica básicamente: no saben nada y cómo si fuera poco no saben que no saben.
Recientemente fui a recorrer el mundo, pase por países muy desarrollados, conocí muchas personas probé la diferencia en la calidad de los ingredientes de la comida, quede encantado. En cada país me sorprendía de la cultura y de sus personas: su orden, sus valores, sus pensamientos, todo tan diferente. Oía amigos extranjeros hablar sobre sus planes, empleos, emprendimientos y fue entonces cuando caí en cuenta de que mis conciudadanos no eran muy diferentes a mi. Yo también, me encontraba en el Mismo sesgo cognitivo : no sabia que no sabia. Estaba lejos, no importaba lo Mucho que me hubiese instruido, mis amigos de Silicon Valley, tenían una ventaja sobre mi en herramientas, en conocimiento, en visión… ellos sabían hacia donde iba el mundo que se estaba cocinando, que apps estaban saliendo, Trabajaban en compañías de tecnología de punta, en resumen estaban 26 peldaños por encima de mi. Mientras en su municipio se andaba en carros ecológicos autónomos en mi capital andábamos en yeepetas cada vez más grandes para sentir menos los hoyos de la calle.
No será que los multimillonarios de hoy son fruto de su ambiente más que de su superioridad intelectual. O Mark Zuckerberg hubiera creado Facebook sin sus herramientas privilegiadas y el empujóncito de que un colega de Harvard le dio la idea. O Bill Gates hubiese creado Microsoft si no hubiera tenido las herramientas que tuvo y de no haber sido uno de los primeros en usar computadoras. Será entonces que ¿los ciudadanos de países subdesarrollados estamos malditos?
Creo que es posible triunfar teniendo desventajas. Pero es muy difícil y pocos por no decir ninguno logrará algo disruptive. Eso no es lo que te dirán los gurús empresariales o ídolos que vomitan frases inspiracionales en ti sabiendo la suerte que los respaldo, ellos viven del sistema. Un sistema injusto donde pocos tienen mucho a costa de muchos y muchos tienen muy poco. Un sistema que te condiciona a pensar que es tu culpa ser pobre. Un sistema que se nutre de la esclavitud y la deuda del prójimo. Y donde nadie hace nada porque quien tiene la posición de poder es privilegiado y es deudor del poder empresarial. El capitalismo no nos deja contemplar una alternativa no capitalista. Debemos de redefinir que es el éxito. No ya como ser CEO de una empresa millonaria. Sino cómo ser feliz. Movernos hacia esa dirección, con planes desde el gobierno que aseguren no un mínimo sino todas las necesidades básicas ampliamente satisfechas. Donde el ser humano sea el fin y no un medio