La edad, los Segundos, minutos, horas… miden el transcurso del tiempo para poder así llevarle rastro a tan importante elemento. El tiempo es el bien más valioso, es limitado y no puede comprarse. Saltes, duermas o rías el tiempo pasará igual y seguirá su irremediable camino hasta el día que nuestro reloj biológico marque 00:00 restante.
Siempre me a intrigado “el tiempo” aunque se puede medir, no lo podemos comprender. No es lo mismo un minuto bajo el agua que un minuto en un tapón, Ambos son iguales pero se perciben diferente. El tiempo es sin lugar a dudas la maldición de los vivos. Tenemos mucho de el y lo damos por sentado. Ignorándolo de tal manera que quien nos viera nos creería inmortales. El tiempo es como una barra de chocolate, te haces más consciente de el cuando se está acabando: es en los últimos recuadros de chocolate cuando consientes de que se nos acaba, nos queremos deleitar y lo metemos en pequeñas cantidades en nuestra boca para que se derrita.
El sinsentido de la raza humana es tan grande que llegamos a ser muertos en vida. Repitiendo el mismo año de nuestras vidas por décadas hasta que la muerte fáctica por fin nos llega dándonos una provechosa estocada.
El tiempo es sin duda el bien más Preciado que tenemos. Debemos de verlo como un amigo que nos recuerda que nuestra estadía en el mundo tuvo principio y tiene fin. aprovechar cada minuto y realizar nuestros sueños y deseos. Hay que cambiar nuestra relación con el tiempo no ver el tiempo como unidad de medida laboral: 1 hora de mi tiempo= x dinero y todo lo que valga más de X dinero merece una hora de mi tiempo. En cambio verlo como unidad de medida de felicidad, siguiendo el ejemplo anterior 1 hora de mi tiempo= X felicidad y entonces preguntarnos ¿merece esto mi tiempo?